Mi nombre es Victoria, y les estoy por contar mi primera vez. Yo vivo en Buenos Aires, Capital Federal. En una casa de barrio, mas precisamente en Saavedra. Es donde transcurre mi primer experiencia sexual. Vivo con mis padres y mi hermano, unos años mayor. Era el mes de noviembre, casi principio de mes, cuando me enteré por mi madre, que mi primo Gastón, iba a quedarse con nosotros unas semanas. El vive en Córdoba, pero tenÃa que hacer el ingreso a una Universidad en Buenos Aires, no era tanto el ingreso, si no que tenÃa que hacer el cambio de domicilio, buscar un lugar donde vivir y demás trámites. Mi primo era lindo, no tanto por la apariencia, pero era una persona muy sociable, tenÃa mucho carisma, por lo que parecÃa mas interesante de lo que era. Sumado que era alto, cerca de 1.95 m, y delgado. TenÃa mucho levante con las mujeres. Incluidas mis amigas que lo vieron una vez, quedaron enamoradas de el. Los primeros dÃas lo noté distante, no de mala manera, pero como que no tenÃamos mucho en común por la diferencia de edad, se daba mas con mis padres y hermano, hablábamos pero siempre en conversaciones grupales con la familia. No me molestaba, pero me hubiera gustado tener mas onda con el, me arreglaba mas de la cuenta para que me viera, sin buscar nada, solo llamarle la atención, para sentirme linda, no se, era algo inocente. Por las tardes nos quedábamos solos en la casa, porque mi hermano estudiaba en ese horario, mi padre trabaja, y mi madre también, aunque solo por la tarde, dando clases de inglés en un instituto. Yo, aprovechaba a dormir una siesta, porque madrugaba bastante por mis clases.
Terminaba de almorzar con mi primo y me iba a mi cuarto, cuando mi madre salÃa de casa. Cerraba la puerta y me quedaba escuchando que hacÃa mi primo, generalmente escuchaba música o miraba la televisión, lo espiaba por menos de media hora hasta que el cansancio me superaba y me tiraba vestida en mi cama. No dormÃa mucho, a veces media hora, otras como mucho una hora, pero me servÃa para reponer energÃas y comenzar con mis tareas. Asà fueron las primeras semanas, con el pasar de los dÃas, mi primo estaba tan integrado con nosotros como uno mas de la familia, era como si hubieran pasado meses de convivencia. La tercer semana, mas precisamente un martes. Sucedió.
Cerca de las 14 o 14:30 hs, me acosté con mi ropa, una falda gris, una camisa blanca, y ropa interior blanca, los zapatos y medias me las saqué como siempre. No sabÃa que hora era, pero algo me despertó. Abrà mis ojos, apenas podÃa ver, era todo muy confuso, el cuarto estaba oscuro, solo entraba un poco de luz, por los costados de las cortinas. SentÃa algo en mis partes Ãntimas, acerqué mi mano derecha y toqué algo, me sobresalté y abrà mis ojos lo mas que pude y entre mis piernas estaba la cabeza de mi primo, mi cuerpo se puso completamente rÃgido, me petrifiqué, me quedé mirando el techo inmóvil.
Gastón se dio cuenta, y me pidió que me relajara, que disfrute el momento, y siguió con su boca chupando mi parte Ãntima. Se sentÃa bien, su lengua carnosa, lamÃa mis labios, y la pasaba por mi tajito, cada tanto, paraba con su lengua y me besaba mi vagina, eran besos delicados, con mucha saliva, también besaba mis muslos, me daba algo de cosquilla, pero se sentÃa bien rico, me mordÃa mis labios de placer.
Los dedos de su mano izquierda me acariciaban mi clÃtoris, y su mano derecha acariciaba mi vientre por debajo de mi camisa. No me dejé disfrutar por completo, querÃa gritar como loca, pero traté de contenerme, solo gemÃa y mi cuerpo se retorcÃa de placer, no sabÃa lo que era en ese momento, pero estuve muy cerca de tener mi primer orgasmo. No me habÃa dado cuenta, pero aún tenÃa mi tanga blanca puesta, solo me la habÃa corrido hacia un costado. Me di cuenta, cuando puso sus manos bajo mi falda, y me despojó de mi tanga. Dejó mi falda levantada sobre mi vientre, dejando mi parte Ãntima desnuda, arrodillado sobre la cama, se desabrochó el jean y bajó el cierre, se bajó su pantalón y boxer hasta la rodilla, y con su mano derecha sujetó su verga, como Gastón la llamaba. No se si era porque era la primera que veÃa una, pero me pareció bien gorda y de buen largo, en resumen gigante, aunque algo doblada hacia abajo, y lo que si se notaba bien marcada, era la cabeza de su miembro, se notaba la diferencia con su tronco.
Sentà miedo, era mi primera vez, y no tenÃa idea como iba a meter ese pedazo de carne dentro de mi vagina, mi contextura era pequeña, y mi vagina, era muy apretada, solo habÃa jugado a meterme un dedo y se sentÃa muy estrecha.
Lo poco que sabÃa de sexo, era lo que me contó una amiga, que habÃa perdido la virginidad unos meses antes. Me dijo que no tenga miedo, que me iba a hacer probar una buena verga. Me dijo sin mirarme. Apunto su miembro contra mi vagina, cuando su cabeza tocó mis labios, grité, fue un grito corto, pero bien agudo, Gastón sonrió, y metió su cabeza entre mis labios, solo la punta, hizo presión pero no pudo penetrarme, frotó su cabeza entre mis labios vaginales de arriba hacia abajo sin sacarla de mi tajito, cada tanto probaba de hundirla, sin éxito. No dejaba de pensar en mis amigas, lo celosa que se pondrÃan por haber tenido sexo con mi primo, no veÃa la hora para contarles. No se si fue porque me distraje, y me relajé unos segundos, que mi vagina, cedió solo un poco, pero su cabeza atravesó mis labios. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy.
Grité tan fuerte, como si me hubieran partido una pierna, fui muy exagerada, pero realmente me asusté y me dolió, pero no para el grito que di. Gastón se asustó, se detuvo unos instantes, sin sacar su cabeza de mi parte intima, cuando se dio cuenta que no habÃa pasado nada, siguió hundiendo su miembro. PodÃa sentir como milÃmetro a milÃmetro, mi vagina dejaba de ser virgen, y probaba una verga por primera vez, realmente me dolÃa, me dejaba sin aliento el dolor, con mi boca abierta gemÃa, gran parte de dolor, y una pequeña parte de placer, pero si me hubiera preguntando si seguÃa o paraba, sin dudarlo hubiera respondido que siga. Cuando casi la mitad de su miembro me habÃa penetrado, soltó su verga, apoyó sus dos manos en la cama, una de cada lado de mi cuerpo, y empezó a usar el peso de su cuerpo para penetrarme mas eficazmente, lo cual funcionó porque su miembro, fue abriéndose camino en mi vagina bien estrecha hasta ese momento. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, mmmmmmmmmmmmmmmmmm, siiiiiiiiiii, masssssssssssss, mmmmmmmmmmmmmmmmmm. Para ese momento me habÃa olvidado de mis pudores, ya gemÃa como una putita en celo. Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy. Al momento en que sus huevos chocaron mi cuerpo, finalmente su verga, me habÃa hecho suya completamente. No tuve tiempo de sentirla hasta el fondo, que me la sacó y la volvió a meter de golpe hasta al fondo. Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy. DolÃa, realmente me dolÃa, mi vagina se sentÃa extraña, no estaba acostumbrada a tenerla tan abierta, y llena de algo completamente nuevo, ni siquiera un dedo mio habÃa llegado ahÃ. Los gemidos de mi primo eran cada vez mas fuertes, los mios fueron bajando en intensidad, al ir acostumbrándome a su verga, me costaba concentrarme por el dolor, pero era un dolor que lo disfrutaba. Gastón querÃa aguantar la eyaculación cuando sentÃa que estaba por explotar, bajaba la velocidad, y a los segundos volvÃa a bombearme con fuerza, por varios segundos, y volvÃa a calmarse, y volvÃa a darme bien duro, lo hizo por un buen rato, ya mi vagina estaba anestesiada del dolor, cansancio y excitación, me deje ir, solo observaba a mi primo gozar de mi cuerpo. Sus ojos parecÃan que se daban vuelta, largó un grito de placer y desahogo, y por primera vez sentà un lÃquido pegajoso en mi interior, fue intenso, pude sentir como se desahogó en mi interior, se tomó unos segundos hasta que sacó su miembro cada vez mas pequeño y su semen o parte de este salió fuera de mi parte intima, acariciado mis labios y nalgas. Mi primera sensación fue de asco, sentir eso tan pegajoso, me hizo sentir muy sucia. Pero claro, con el tiempo se volvió mi bebida favorita. Pero fueron varias veces hasta que comencé a disfrutarla. Mi primo salió de la cama. Se acomodó el pantalón y boxer. Prendió la luz y se sentó en la cama, me miró, se rió.
Que pezones duritos tenes Vicky, me encantan. Era verdad, estaban durÃsimos. Ya los voy a probar y se fue. Sin antes decirme que ventile el cuarto que se sentÃa el olor a sexo por todos lados. Me quise levantar, pero casi perdà el equilibrio, me quedé sentada en la cama, procesando todo, mi vagina estaba reventada, me la toqué y tenÃa semen por todos lados, tomé mi tanga que estaba tirada en la cama y me limpié un poco, pero igual me seguÃa sintiendo muy sucia. Tomé el celular y le conté todo a mi mejor amiga, al principio, no me querÃa creer, pero quedó fascinada con los detalles de mi experiencia, hablamos casi por una hora, hasta que me di cuenta que mi mamá estaba por volver, abrà las ventanas, acomodé el cuarto y me limpié un poco con agua y jabón. La tenÃa muy irritada, y tenÃa mis labios vaginales bien rojos. Traté de ponerme la tanga, otra, la anterior era un pegote, pero me lastimaba, por lo que estuve todo el dÃa sin nada bajo mi falda. Traté de hacer mi tarea, pero no me pude concentrar. Casi a las 18 hs habÃa llegado mi madre. Fui a saludarla, mi primo estaba tirado en el sillón viendo televisión, como si nada, ni me miró, como si nada pasó. No podÃa dejar de pensar en la verga de mi primo, todo el tiempo metÃa mi mano bajo mi falda para tocar mi parte intima que habÃa sido penetrada sin piedad por Gastón. Ese dolor de solo tocarme me excitaba, deseaba sentir mas de eso. Claro que mi primo me siguió usando de su putita unos dÃas mas, ya les contaré....
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